El informe de peritos sobre la salida a bolsa de Bankia
Las conclusiones del informe de los peritos del Banco de España, requerido por el Juez Fernando Andreu para su instrucción del caso Bankia no pueden ser más contundentes. Y seguro que han sido un jarro de agua fría, para algunos exdirectivos de Bankia, por muy previsible que les resultara.
Cuentas de Bankia falseadas y responabilidades
La atención inicialmente prestada por los medios se centra en lo más mediático: las responsabilidades penales de las actuaciones de Rato, Olivas y alta dirección de las cajas, que presentaron unas cuentas, ya en 2010 falseadas, con errores de bulto que “pudieron haberse evitado, porque tenían los medios, la información y los conocimientos para hacerlo”. Y vendrán también los debates sobre la responsabilidad del Banco de España, del auditor que de manera incomprensible no detectó los errores de bulto… etc
Y digo incomprensible, porque, en banca, la primera regla que se enseña a un analista de riesgos para detectar las trampas en las cuentas de las empresas que pretenden un crédito es a mirar con lupa los elementos de Activo del balance susceptibles de deterioro. Porque es ahí donde se esconden las pérdidas ocultas en la mayoría de casos.
Y esas mismas argucias para colar una falsa imagen de solvencia ( que se intentaban detectar desde el otro lado de la mesa) son las que empleó Bankia para manipular sus cuentas. Argucias que cualquier inspector del Banco de España o Auditor debió localizar con poco esfuerzo. Pero no se hizo.
La Normativa contable
Las normas contables obligan a presentar una imagen fiel de la situación de la empresa, por tanto, a contabilizar los bienes por su valor real y, en consecuencia, a contabilizar de inmediato cualquier reducción de su valor que se detecte. Ello para que el balance siga reflejando el valor real, actual, de los bienes que componen su activo.
En banca se califican los activos (los créditos a clientes), en función de determinadas variables; entre ellas la evidencia de dudoso cobro… cuando el cliente requiere refinanciaciones, no cumple sus compromisos, o cuando sus cuentas son malas. Es el principal cometido de los Departamentos de Riesgos: detectar esas situaciones y realizar las dotaciones o provisiones por pérdidas consecuentemente previsibles.
Pues parece ser que los altos responsables de Bankia utilizaron esa simple argucia: omitir las calificaciones de riesgo dudosos y las dotaciones consecuentes, para ocultar su verdadera situación a la sociedad, a sus acreedores y a sus futuros accionistas.
Los acreedores de un banco (los que le depositan su dinero, los ahorradores), tienen el derecho a conocer puntualmente la situación real de solvencia de su banco, es decir, si va a poder devolverles su dinero cuando lo necesiten. En el mismo caso están los accionistas.
Por eso existe una exigente y especial normativa para la banca, cuyo incumplimiento por parte de Bankia debieron controlar mejor los auditores y por supuesto El Banco de España. El nuevo informe de los peritos deja muy claro que ya en el cierre de 2010 las cuentas deberían haber reflejado un enorme deterioro de los activos inmobiliarios y crediticios que hubieran puesto en evidencia la delicadísima situación de la nueva Bankia y, por supuesto, habría impedido la salida a bolsa pocos meses después.
Nuestra argumento para recuperar el dinero: el dolo
Pero lo que nos interesa en Lucas Abogados no es el aspecto penal que pudiera afectar o no a los gestores de Bankia, sino el segundo aspecto del asunto, lo que afecta a las posibilidades de recuperación del dinero de nuestros clientes que son o fueron accionistas de Bankia.
Y para nosotros este informe supone una nueva constatación técnica de que el perjuicio sufrido por centenares de miles de personas que suscribieron las acciones de Bankia es consecuencia de la actuación dolosa de quienes falsearon aquellas cuentas.
Ningún suscriptor tuvo posibilidad alguna de conocer la situación de quiebra de Bankia ya que quienes tenían la obligación de detectarlo y comunicarlo (gestores, auditores y Banco de España) no llegaron a dejar la más mínima constancia de ello.
Este informe es un soplo de aire fresco que alimenta la esperanza de recuperar el dinero que pasó de las libretas de ahorro de los clientes a unas “anotaciones en cuenta” representativas de un valor inexistente. Las acciones de Bankia de 2011 no valían 3,75 euros, no valían nada.
Este informe nos anima desde Lucas Abogados a invitar a todos los accionistas afectados a iniciar las acciones judiciales para recuperar su dinero. Ahora tiene Vd. muchas más posibilidades. Enhorabuena.
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